domingo, 9 de mayo de 2010

COMO PERCIBO MI DOCENCIA

Trabajo con los grupos de tercero y quinto semestres y en su momento cuarto y sexto. Este ciclo escolar llevo las asignaturas de Literatura y Ciencias de la Comunicación.
Cuando recibo a los alumnos de tercer semestre inicio el curso con la presentación de ellos e igualmente me presento. Trato, en esa primera sesión de entrar en confianza (el consabido “rompimiento del hielo”).
Mis horarios de clase son discontinuos y durante la jornada matutina la mayoría de los alumnos son de la cabecera municipal, donde está el plantel ( Colegio de Bachilleres ). A la vespertina asisten de la zona rural en su mayoría. Algunos duran hasta dos horas en el traslado. Esto me da grupos heterogéneos, tanto en su forma de comportarse como en los conocimientos. Son muy diferentes los de la zona urbana a la zona rural.
En la segunda sesión del semestre aplico el examen diagnóstico, donde me entero, la mayoría de las veces, que no desconocen aspectos teóricos pero sí están muy deficientes en su léxico y redacción y eso causa problemas de toda índole pues llegados los exámenes no se acercan a pedir ayuda para la respuesta, sino para el significado de algún término en las preguntas. Es general la pésima ortografía con que nos llegan.
En la sesión número tres hablamos de reglas de trabajo, expectativas del alumno, sistemas de trabajo y de evaluación.
Ya en la etapa de clases inicio con el saludo y verifico la asistencia, pido que me platiquen en qué nos quedamos en la clase pasada –retroalimentación-, hago preguntas sobre el tema visto en la anterior para aclarar dudas o reafirmarlo. Luego comento el que trataremos en el día, pregunto qué utilidad práctica le pueden encontrar. Cuando tengo la certeza de que no localizarán alguno de los puntos que sobre el tema indica el programa les proporciono fotocopias y en caso contrario les pido que lo investiguen por su cuenta o les señalo textos o lugares en internet para su búsqueda.
Conociendo el tema en su aspecto teórico lo ejercitamos, ya sea con lluvia de ideas, aportaciones de casos de la vida real –generalmente situaciones vividas por ellos-, lecturas, ejercicios escritos en forma individual o por equipo que se comentan ante el grupo.
Al final de la sesión hacemos una recapitulación breve y rápida; si no lo hice antes, les encomiendo algún ejercicio para realizar en casa.
Periódicamente hago una retroalimentación sobre aspectos teóricos para que los tengan frescos y evitar tropiezos al momento del examen.
Cuando es oportuno proyecto alguna película o documental sobre el tema y les pido que tomen nota de los aspectos de interés para ellos, mismos que luego comentamos. También les proporciono una serie de preguntas que deben contestar sobre lo visto. Esto me evita el que solo sean espectadores y así aprovechamos el tiempo. Con los alumnos del quinto y sexto semestres empleamos con frecuencia el equipo multimedia para exponer algún tema, ellos o yo, procurando en cada caso orientarlos para que mejoren la presentación de sus diapositivas. Se expone, se hacen o contestan preguntas y el resto del grupo toma sus notas.
Como nuestro sistema de trabajo nos ordena hacer una planeación semestral, de acuerdo al programa oficial de la asignatura, los objetivos para cada sesión están definidos desde el inicio del curso, sólo tengo que cuidar de no desviarme de ellos y verificar que los alumnos los hayan alcanzado; esto lo verifico con sus trabajos, comentarios o respuestas a preguntas directas.
Cuando el tema y el tiempo lo permiten platicamos sobre sus aspiraciones, sus proyectos de vida, su paso por el bachillerato. Ejemplifico, con casos prácticos, a lo que nos enfrentamos en nuestro momento y qué pueden ellos evitar o mejorar, de manera que “cuando se enfrenten al terrible mundo de los adultos” como a veces les digo, vayan preparados. En fin, intento cumplir en lo que puedo con que lleven una formación integral y que las asignaturas les hayan sido de provecho.

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